No pudo pasar inadvertida. Su belleza hizo que más de un incauto se sorprendiera al verla caminar por los pasillos del centro comercial Ventura Plaza.
El rumor de que Jessica Cediel, la presentadora de televisión, estaba en Cúcuta, corrió rápidamente entre quienes miraban las vitrinas de los diferentes almacenes.
De pronto, un grupo de escoltas apareció, de uno de los costados del edificio, acompañando a una mujer delgada, de estatura promedio y mirada penetrante.
Jessica Cediel caminaba rápidamente. En la plazoleta de eventos la esperaban para que abriera el desfile de moda de la marca Ela.
Se detuvo para firmar autógrafos, tomarse fotografías y recibir el saludo de niños, jóvenes y adultos que esperaban, impacientemente, un turno para acercarse a la bella bogotana.
Más adelante, el espacio que se reservó, en el almacén de esta misma marca, quedó pequeño.
Todos los curiosos, que habían llegado por casualidad a esta actividad, corrían para llegar y tener un sitio privilegiado en este lugar.
Los vidrios parecían no aguantar los golpes, desesperados, de los fanáticos que querían acercarse y obtener una prueba para decir, a sus conocidos, que habían estado al lado de Jessica Cediel.
Es ese momento, hasta el nombre de este medio de comunicación quería ser utilizado para no quedarse por fuera de esta actividad.
La fila, que alcanzaba a ocupar cinco almacenes más, no llegó a un feliz término. Dos horas no fueron suficientes para que todos quedaran con la foto prometida.
Entrevista con La Opinión
Jessica Cediel demostró que no ha cambiado a pesar de la fama y el reconocimiento que ha ganado en más de 10 años de trayectoria como actriz, modelo y presentadora de televisión.
Después de superar las consecuencias de un procedimiento estético, poco exitoso, que se practicó para aumentar el tamaño de su cola, asegura, que se siente feliz y agradecida.
“Es un nuevo comienzo y evidentemente estoy agradecida con Dios porque sin Él no hubiera sido posible superar todo esto. Ahora es dejar una enseñanza y un mensaje a través de esa experiencia”, puntualizó.
Su voz se convirtió en un ejemplo, para cientos de mujeres que empezaron a denunciar las malas intervenciones quirúrgicas que se hacen sin tener el suficiente conocimiento al respecto.
“Hay muchas mujeres que sufren este problema, pero no hablan porque les da pena afrontarlo”, indicó.
Ahora, tiene claro que la vida no tiene comparación y el bienestar no depende de los comentarios ni del qué dirán en la sociedad.
Ella, asegura, aceptó el error, lo reconoció y pidió perdón a Dios en esta nueva etapa de su vida.
Fuente: Diario la opinión
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